Las excentricidades y excesos de los famosos nunca dejarán de sorprendernos. Britney Spears tiene una nueva adicción por la que es capaz de gastarse 2.000 euros de una sentada.
En el hotel de Las Vegas en el que se encontraba alojada la Diva del Pop no daban crédito. Britney se gastó 2.000 euros en caramelos para tener contentos a sus dos retoños, Sean Preston y Jayden James, de cuatro y tres años respectivamente.
Pero no sólo de caramelos vive Britney. La cantante estadounidense, que vive uno de sus mejores momentos profesionales y también personales, tuvo tiempo, entre concierto y concierto, para hacer una parada en una tienda de animales. En un principio sólo tenia previsto comprar pienso para sus perros, pero la autora de «Baby one more time», salió del establecimiento con una enorme jaula blanca y un periquito, que es, a partir de ahora el nuevo miembro de la familia Spears-Federline.
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