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Las dos caras de Ana fue una telenovela mexicana producida por Lucero Suarez para Televisa en colaboración con Fonovideo en 2006. La telenovela está ambientada en Miami (Florida) y está protagonizada por Ana Layevska, Rafael Amaya y las participaciones antagónicas de Alexa Damián y Mauricio Aspe.
Ana Escudero es una joven mexicana, alegre y llena de ilusiones, que vive en Miami con su madre, Julia, y su hermano, Fabián. Ana tiene un talento natural y su sueño dorado es ser actriz; sólo su falta de recursos económicos le impide estudiar actuación.
Ana cuida a Doña Graciela Salgado, una viuda rica con dos nietas que sólo le dan problemas. Doña Graciela quiere mucho a Ana, y le consigue la oportunidad de hacer audición para una prestigiada escuela de artes escénicas. Ahí, Ana conoce a Gustavo Galván, un joven apuesto y lleno de energía, que comparte con ella el sueño de ser actor.
Su hermano Fabián, que es un muchacho sano y atlético, sufre un terrible accidente al ser atropellado por Ignacio, el inescrupuloso hijo mayor del millonario Humberto Bustamante. Ignacio se niega a detener el auto para ayudar a Fabián, ignorando las protestas de su hermano Vicente. Con influencias y sobornos, Humberto logra que sus hijos queden libres de toda culpa, negándose sin compasión a ayudar a Fabián, quien queda paralítico. En un acto desesperado, Julia y Ana recurren a un noticiero. Por miedo a ir a la cárcel, y desquiciado por su adicción a las drogas, Ignacio prende fuego a la vivienda de Ana, creyendo que ella está ahí con su madre. Sin embargo, quien muere en el incendio con Julia es Marcia, la novia de Fabián. Temiendo por la vida de la joven, Doña Graciela decide ayudarla a ocultarse y Ana se marcha a Nueva York, mientras Marcia es enterrada con el nombre de Ana Escudero. Para el mundo, Ana ha dejado de existir.
Mientras tanto, Gustavo no ha podido dejar de pensar en la chica que conoció el día de las audiciones. Gustavo es un joven rico, y estudia actuación contra la voluntad de su padre, quien lo echa de la casa y bloquea todas sus oportunidades de trabajo. Gustavo termina por dedicarse a la jardinería y así conoce a Irene, la nieta de Doña Graciela, quien se interesa en él a pesar de ser la amante de un narcotraficante que le ha puesto casa y negocio; y se encapricha aún más con él cuando descubre que es hijo de un millonario. Irene contacta al padre de Gustavo y le ofrece su ayuda para hacer que se olvide de la actuación.
Dos años pasan y Fabián muere por causa de una secuela del accidente. Ana vuelve a Miami y al llegar se encuentra con Gustavo, ya graduado como actor, pero que aún no consigue una oportunidad debido a las intrigas de Irene y su padre. Gustavo se da cuenta de que no ha podido olvidarse de Ana y termina con Irene, quien jura que será suyo a como dé lugar. En poco tiempo, el romántico recuerdo de los jóvenes se convierte en verdadero amor, y Ana encuentra un poco de paz en los brazos del hombre cuyo rostro no se borró de su mente durante todo este tiempo.
Pero Ana ha jurado vengar a su madre y su hermano, por lo que, sin que Gustavo se entere, y con la ayuda de Doña Graciela, adopta una nueva personalidad muy diferente a la verdadera: Marcia Lazcano, una mujer sofisticada, fría y calculadora que se insinúa en la vida de los Bustamante, haciendo que padre e hijos se enamoren de ella y sembrando la discordia entre ellos, decidida a destruirlos.
Sin embargo, Ana ignora que el peligro y las intrigas de Irene la acechan a cada paso, y que su venganza puede hacerla perder el amor de Gustavo, porque “Gustavo Galván” es el nombre artístico de Rafael Bustamante, el tercer hijo de Humberto.
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